▶ La osteoartritis es la forma más habitual de artritis y
afecta principalmente a personas de mediana edad y mayores. Suele atacar el
cuello, la zona lumbar, las rodillas, las caderas y las articulaciones de los
dedos. El dedo gordo del pie también puede sufrir osteoartritis, y no debe
confundirse con la gota.
Casi el 70 por ciento de los mayores de 70 años muestran
signos de osteoartritis sobre una radiografía. Sin embargo, sólo la mitad de
ellos desarrollan síntomas de la enfermedad. Además de provocar el
envejecimiento de las articulaciones, la osteoartritis puede afectar a
articulaciones ya lesionadas, o sometidas a esfuerzos, y a articulaciones
dañadas por una infección previa o por una artritis inflamatoria. Las personas
que sufren osteoartritis experimentan dolor y pérdida de la función de las
articulaciones afectadas.
La fina capa de cartílago del extremo de un hueso amortigua
los golpes y facilita los movimientos. La articulación está recubierta por una
membrana, el sinovio, rico en vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas.
Cuando la articulación está sana, el sinovio la nutre y protege, y produce el
líquido sinovial que la lubrifica.
Según se desgasta el cartílago, el hueso que hay debajo se
engrosa y crece hacia fuera, alargando así la articulación.
También pueden formarse espolones en los bordes de la
articulación conocidos como osteofitos. Éstos son, en parte, los causantes del
aspecto nudoso de las manos de algunas personas mayores que sufren
osteoartritis.
La osteoartritis puede tardar varios años en desarrollarse,
y suele formarse en una articulación, normalmente una que soporta peso, a la vez.
En algunas personas no provoca más que una cierta rigidez, mientras que en
otras es causa de un considerable ¡malestar e incapacitación.
¿Es hereditaria?
Algunos tipos de osteoartritis son hereditarios, incluyendo
el tipo habitual que provoca un crecimiento de la primera articulación del
dedo. Estos crecimientos se llaman nódulos de Heberden, por el médico británico
que los identificó. Esta patología se ha asociado a un desorden genético, que
suele pasar de madres a hijas, y que provoca un cambio en uno de los
aminoácidos, lo que hace que el cartílago degenere. Las investigaciones actuales
se centran en esta anomalía genérica, así como en los nuevos métodos de estudio
de las células, química y función del cartílago
Síntomas de osteoartritis
Los principales síntomas de la osteoartritis varían, tanto
en frecuencia como en gravedad, según lo avanzado del proceso.
En la primera etapa de la enfermedad, los pacientes sufren
dolor tras manejar la articulación, dolor que puede empeorar según avanza el
día. Sin embargo, al inicio, el dolor, la rigidez y la restricción en la
movilidad -típicos de la osteoartritis- sólo causarán molestias ocasionales v
mejorarán con el descanso. El clima húmedo puede agravar el proceso, al igual
que el ejercicio.
La articulación afectada puede llegar a crujir, hecho que se
conoce con el nombre de crepitación. Se produce cuando el cartílago que protege
el hueso en el interior de la articulación se desgasta. Además, puede notarse
algo de inflamación. Hay dos tipos básicos de inflamación: ósea (por ejemplo,
en una articulación del dedo gordo del pie), y fluida (normalmente en rodillas
y tobillos).
Según avanza el proceso, la articulación afectada puede
provocar dolor, incluso al mínimo movimiento, o incluso en reposo y durante la
noche. También pueden producirse deformidades óseas. Se pueden formar bultos, y
las articulaciones toman un aspecto nudoso.
Normalmente, la rigidez de la articulación se limita a una
zona localizada y sólo persiste durante un corto período de tiempo, aunque la articulación
afectada puede estar sensible.
¿A qué articulaciones afecta?
Las articulaciones más habitualmente afectadas por la osteoartritis
son:
Las manos, sobre todo los dedos. Aunque los hombres también
pueden sufrirla, la osteoartritis de las manos es 10 veces más común en las
mujeres.
Las rodillas, que pueden doler o estar sensibles.
Las caderas, en cuyo caso se puede sentir dolor en la ingle
o parte interna del muslo, y sufrir dolor reflejo en los glúteos o la rodilla.
La movilidad de la cadera puede verse limitada. La osteoartritis de la cadera
afecta por igual a hombres y mujeres.
Los pies, sobre todo el dedo gordo.
La columna, sobre todo la zona lumbar, aunque también puede
afectar a las vértebras del cuello, a menudo diagnosticada como espondilosis.
Si sospecha que sufre osteoartritis, y sobre todo si alguno
de sus progenitores la ha padecido, es importante acudir al médico para que
realice un diagnóstico. Los médicos suelen basar su diagnóstico en un examen
físico, junto con el historial médico y la valoración de los síntomas.
Las radiografías se emplean para confirmar el diagnóstico.
Cuanto antes se realice dicho diagnóstico, más probabilidades tendrá de
conservar la movilidad y controlar el dolor.